El camino para alcanzar el pensamiento lógico requiere de la unión coherente de las operaciones más simples hasta llegar a las complejas y abstractas. Identificar es el primer paso en esta cadena y a su vez lo primero que se enseña en ajedrez a través de la apropiación de los movimientos de cada pieza y sus características principales no sólo en cuanto a su forma sino también referente a su capacidad de desplazamiento, ataque y forma de defensa. Los alumnos aprenden a diferenciar desde temprana edad, unas piezas de otras por su conformación y movimiento y luego cuando sus destrezas aumentan, diferencian posiciones según conceptos estratégicos que los lleva a decidirse por determinados planes. Es constante la representación y transformación mental como operaciones mentales en la práctica del ajedrez. El niño asume el rasgo esencial de cada pieza y la mantiene durante sus ejercicios de cálculo y análisis pese a que no mueva las piezas en la realidad. Asimismo es capaz de transformar mentalmente esa misma pieza en variantes donde se capturan unas piezas a otras o se llega a la coronación.
En ajedrez es fundamental la comparación para tomar decisiones. Luego de analizar diversas posibilidades, se concluye que una probabilidad es la acertada cuando se mide en una balanza los beneficios que traería cada jugada, es decir que se compara las opciones y sus resultados finales.
En la etapa siguiente al aprendizaje de los rudimentos y reglamento del ajedrez, es necesario que el alumno clasifique la información ajedrecística justamente para comprenderla mejor. En este juego milenario es necesario clasificar las formas de iniciar una partida, los diferentes tipos de posiciones en el medio juego y en los finales. Tener claridad sobre la clasificación permite optimizar el estudio del ajedrez y también evaluar cada posición.
En este camino hacia el pensamiento lógico es indispensable el proceso de codificación y decodificación. La nomenclatura del ajedrez es un lenguaje exacto que no da lugar a la ambigüedad y que permite al niño referirse a las jugadas de manera verbal o escrita. Cuando adquiere esta destreza es usual que los niños expliquen sus ideas sin mover las piezas en el tablero, o sigan secuencias de jugadas emitidas oralmente sin manipular el tablero.
Analizar posiciones a través de la descomposición de sus partes y por medio del cálculo exacto de variantes le permiten al jugador llegar a una síntesis y hacer deducciones.
Cada jugada que se realiza nace de un razonamiento hipotético, de predecir una posición y partir de premisas. El pensamiento creativo aparece en el jugador de ajedrez después de tener bases sólidas, conceptos claros y suficiente información que ha relacionado para dar paso a la originalidad, a las novedades y fantasías.
Todo este proceso conduce al pensamiento lógico , al pensamiento ordenado que lleva a la verdad apoyado en las diferentes operaciones mentales. Es precisamente el ajedrez un juego lógico y como tal estimula el pensamiento científico en los jóvenes y niños.
Uno de los procesos más emocionantes para niños y adultos que se inician en el ajedrez es la solución de problemas. Gran parte del éxito del Programa de ajedrez en el aula es precisamente este tema porque genera mayor atención, un reto personal para cada niño y sobre todo el aprecio por descubrir que se es capaz de resolver una situación.
Un punto fundamental al colocar problemas de ajedrez es iniciar por el grado más elemental de dificultad e ir aumentando poco a poco su complejidad. El triunfo radica en que el maestro logre avanzar con peldaños muy pequeños para que sus alumnos no deserten en el intento. Asimismo, los problemas deben presentarse reunidos bajo un mismo concepto o temática.
Creo que todos los maestros que enseñamos ajedrez disfrutamos este proceso porque notamos cómo se acrecienta la velocidad en el pensamiento de los niños, podemos detectar fácilmente cuáles son los errores típicos que cometen y ver la capacidad de relacionar y asociar posiciones.
La experiencia de colocar el ajedrez al servicio de la educación ha sido grata y fructífera. Hemos logrado implementar el programa "Ajedrez en el Aula" en nueve colegios españoles y en diez y siete colegios colombianos con el método que escribí "Juega el Maestro y Ganan los Niños". Más de siete mil niños adelantan este método y logran beneficiarse de las bondades del ajedrez desde preescolar hasta bachillerato. Seguimos convencidos que vale la pena colocar el ajedrez en el currículum escolar y utilizarlo como un recurso pedagógico para desarrollar habilidades mentales, construir el pensamiento lógico y forjar valores.
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* Lic. Lingüística y Literatura. Maestra Internacional de ajedrez. Nueve veces Campeona de Colombia y Campeona Centroamericana y del Caribe 1990. Directora Preescolar Talento y Preescolar Crayola. Directora de la Escuela de Ajedrez Talento. Autora del método para enseñar ajedrez a los niños: "Juega el Maestro y Ganan los Niños". Premio Compartir al Maestro 2002 -Maestra Ilustre- con la propuesta Ajedrez en el aula de preescolar.
http://www.ajedrezenelaula.com/